Respetuosamente, compartimos esta entrada en memoria del gran poeta portugués Antonio Salvado, quien ha partido el día de hoy a ser uno con la palabra; gracias a la curaduría, amor y cariño de Stefania Di Leo.


TARDE CÁLIDA

A Gastón Baquero

Fue en una tarde cálida de abandono
cuando el propio aire casi dormido
se dejaba confundir con el crepúsculo –
y era primavera por la fragancia de la brisa.
En un instante como este, así dibujado
en la más meliflua música de violín,
me acordé, aunque sin saber por qué,
de la lejana juventud ya tan remota
que, evocarla, es forzar mucho el corazón
recorriendo caminos desaparecidos;
es permitir que los nervios alborotados
se aparten de su geografía normal,
y que el propio tiempo se vuelva timbre
desacompasado en du fluir hacia el fin.
Me acordé tal vez no por simple nostalgia
de lo que debe ser recordado como feliz
aurora confidente y llena de murmullos
o como noche continuamente surcada
por sorpresas, por proezas de ternura,
por la impaciencia de bocas anhelantes,
me acordé en momento penoso y nefasto
cuando todo parece volverse al revés,
cuando las palabras diríase pierden el sentido,
me acordé –Dios mío- que un día sentiría
que me aproximo a la muerte.


TU LLEGADA ESPERO

Tu llegada espero. Y nunca faltas.
Y allá vienes sonriente frente la tiniebla
que nubla nuestros ojos. Dices: «Traigo
una esperanza, más que una promesa
que tú bien harás en aceptar».
Llegas a cada hora, en cada día
y en cada año, y siempre el mismo mensaje:
«Confórmate en la esperanza siempre viva
y en la sacral ternura de la promesa».
Y naces para decir que renazcamos
limpiando nuestra vida de cegueras?
En mí, Señor, yo siento Tu llama
y te acojo para que nazcas en mi pecho.


A DIARIO NACES


A diario naces a mi lado
y al amparo que por siempre,
dispuesto, me prometes otro tiempo,
un tiempo de ternura y amistad.
Fascinado, oyendo tu Voz,
siento que crece en mí un ardiente fuego
y, cuando tu calor entra en mis ojos,
mas me penetra el vientre aquel fuego.
Y ardo permanentemente confiado,
cogiendo las manos de toda la gente,
ante tu compañía hecha llamada
con llamaradas tales que todo me nutren.


AHORA

Extenuándose al tiempo mis venas,
más enrarecido el aire que aún respiro,
los pasos más bien cortos, en medio
de todo el cuerpo la piel con más arrugas,
de la cara, ya partida, una alegría
de primavera, otrora sin preocupación
de agradar a todos, o de noche o de día,
sin nada que la acallase de tan firme,
ahora que por mí surcan las nieblas,
aunque incipientes pero secretas
perturbaciones que al alma violentan
en su velo de penumbra y de silencio –
a Ti, Señor, mis manos levantadas,
las rodillas al suelo, cerviz doblada,
la boca amordazada en timidez –
me atrevo a Rogarte este pedido:
que descienda Tu mirada hasta mi alma
y cierta tranquilad Tú me concedas.

Cantaré porque la tierra está madura

y las amapolas enamoran a las cigarras
y las madreselvas trepan por los muros
y allá a lo lejos alborean alboradas.
Resplandece en el brillo de los trigales
la voz secreta de una brisa ondeante.
sueltan llamas los frutos cuando estalla
su cáscara maternal y caliente.
Cantaré porque tú naces al agua
en los riachuelos cruzando el corazón:
los insectos por las breñas se aparean
cuando es mayor el celo de su canto,
Los árboles matrimonian otros árboles,
el sol feliz quemando nuestra piel.
y porque en ti eterno nace el día
continuamente canto por su regreso.


ANTÓNIO SALVADO

Uno de los más destacados poetas portugueses contemporáneos. Licenciado en Letras por la Universidad de Lisboa. También ensayista, traductor, antólogo y director de revistas culturales. Distinguido por la Universidad de Salamanca y por la Cátedra de Poética Fray Luis de León de la Universidad Pontificia de Salamanca. También fue galardonado con la Medalla al Mérito Cultural por el Ministerio de Cultura de Portugal y el Premio Chinaglia de la Unión Brasileña de Escritores. Su obra lírica acopia cuarenta títulos, entre los que destacan A flor e a noite, Na margem das horas, o Rosas de Pesto. El año 2000 el Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca (CEI AS) publicó su antología Los dominios de la mirada.

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