Ivonne Sánchez-Barea, poeta y artista nacida en Nueva York de ascendencia colombo-española en nuestra Hiedra gracias a la curaduría de Stefania Di Leo


A ESOS SERES


Como quien roza
un trozo de cielo
en las pupilas del mundo.

Como quien toca
almohadilladas nubes
de un prado húmedo.

Como quien vuela
entre sueños y verdades
entre velas
de una barca eterna.

Palpan el agua
entre dientes apretados,
sin comprender
que tiene esta tierra
como única verdad
y que no cesan las guerras.

Allá donde vayamos
en cualquier esquina
de un bosque,
de un campo,
de una indómita ciudad,
hay hambres
que recorren
calles y senderos.

Mientras,
una niña
amamanta su crío
como si fuera un muñeco,
junto a un racimo
de criaturas descalzos,
mocosos, llorosos,
sentados
en una helada acera rota,
extienden manos
hacía esperanzas
de un pan para hoy.

No hace falta
navegar los horizontes
para rescatar como ángeles
a esos seres
quienes enmudecidos
de tanta pobreza
ya no tienen
ni palabras entre manos.

Como quien despierta
de una pesadilla
de miserias
encuentro el lamento
en sus ojos tristes
y me persiguen
sus quimeras
imaginando quizás
un nuevo orbe,
en donde tengan cabida
todos esos querubines
bajo los pies
de sus dioses.


BASTABAN SUS DEDOS


Traigo pétalos de rosas
adormecidos
entre tamujas de plata
quebrando llantos
de perlas rotas
en ánforas ahogadas.

Ellas,
ancestras analfabetas,
ignoraban
dones de plumas,
tintas y papel,
del pincel y acuarelas,
del martillo,
y solo el oído
en el yunque del tiempo
miden tañidos
por justicias perdidas.

Ensartar hilos,
dar puntadas,
salar guisos,
dividir hogazas.

Tenaz holgura
de encajes tejidos,
quizás sus rostros
como cal de paredes,
blanquean con jabón
entre sus uñas,
entonan canciones,
deleitan sus ratos
de ocio en fuentes,
donde lavar o,
donde recoger aventuras
venidas de otras leguas.

Para sumar,
entonces,
sólo,
bastaban sus dedos.


ERA NOCHE EN SUS MANOS


El poeta
de la tierra y el terrón,
de callos entre palmas,
de uñas invisibles,
de surcos oblicuos y,
ocultos bajo capas,
no tenía manos …
más que para el azadón,
la pala o, el rastrillo.

El poeta
de la tierra,
siembra árboles;
en orillas de caminos,
en orillas de lagos,
en orillas de quebradas,
haciendo hoyos justos,
para raíces y cepas enterradas.

Al poeta del terrón
un día
le llovió
un mágico aceite
entre sus dedos,
y suavemente
envolvió ambas manos ,
una entre otra, frotando.

El maestro
le dijo al poeta
del terrón:
-ve y enjuaga
tus manos.-

Entonces,
el poeta
descubrió
asombrado
sus diez ápices,
sus extremos blancos
bajo la noche
de sus manos.


(Poemas a Frida Khalo)

JARDÍN


Ojos del pez entre estanques,
poros de piedras,
sobre esa pirámide que plantas,
bajo escalones con cien cactus,
por caminos de lajas,
un paseo de ocres macetas,
florecen en tus ventanas.

Ojos del pez en fuentes,
tristes tus ojos desde estancias,
ojos en mundos que pintaste,
y en mis ojos,
otros cielos
que aquí entono.

Parpadeo vital que me llovizna,
lagrimeo sonriente que me abraza,
telas templadas en bastidores,
entre pinceles que nos aguardan.

Allí permanezco aún viva,
en cortezas de tu árbol,
queriendo ser madero
de un siglo ya pasado.

En tu jardín,
no te lloro, Frida,
no te lloro.

Frida,
en tu jardín,
yo te canto.


IMAGEN


Tu llevaste al lienzo
esa imagen perdida
para hallar tú propio cita.

Desdoblando cronos,
tres ojos,
el entrecejo,
cerrados labios,
en clausura de tu boca.

No hay sonrisas
para acariciar tu pelo,
llevando el yugo
de tu soledad sola.


SAPIENCIA SENIL


Mis pies ancianos pisan
murmullos y espumas
el cruce del camino
el destino inscrito
sobre la piel del cielo.

Hacen cosquillas
en vaivén lunar
de la noche,
donde hoy,
hemos visto
esa expedición espacial,
un derroche de gases
para ver al mundo diminuto
por una ventana
desde el cosmos.

Mis pies de anciana pisan
el crujir de tierras quemadas,
secas, y sucias,
que dejamos entre todos,
en el lapso de dos centurias.

Esa risa vencedora no es otra
que la de alcanzar
el poder de nada,
porque nada
somos al final,
mas que lodo,

Insistimos,
en creer
que no nos iremos.

Y mis ancianos pies pisan
el tiempo
para llegar quizás sólo
hasta el borde de tu oído
y entiendas
que también tú eres diminuto,
caduco y efímero.

Infringimos leyes naturales.

Y mis pies,
como los tuyos
se hacen ancianos al pisar.

IVONNE SÁNCHEZ-BAREA 

Poeta y Artista. (Nació en Nueva York 1955 de origen colombo/española)

Estudió arte en Madrid. Miembro de Comités Científicos, Asociaciones y Movimientos Culturales. Conferenciante. Premios en certámenes; poesía, arte, medio ambiente y relaciones internacionales. Publicaciones: 33 libros de poemas publicados, artículos y ensayos en revistas académicas, culturales, literarias y científicas internacionales. Incluida en incontables antologías colectivas. Poemas traducidos a varios idiomas. Asesora Cultural Internacional. www.ivonne-art.com


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